domingo, 22 de abril de 2012

Peor que mentir es enseñar a mentir y yo tengo tres hijos.




Reseña de La Nación 22/04/2012
Según el calendario trazado por el escritor Eduardo Galeano en Los hijos de los días (Siglo XXI Editores), su último libro, que reúne 366 historias, una para cada día del año (bisiesto), el 21 de abril de 2011 un indignado en la procesión de Semana Santa, en La Rioja, España, gritó "defiéndete" a un golpeado y azotado hombre que estaba representando a Jesús. Ese indignado tenía dos años. Y esa historia forma parte de la obra que presentó en ayer en la Feria del Libro en una sala colmada.
Aquel ese niño no fue el único indignado en un 21 de abril. Porque ayer también hubo unos cuantos "indignados" en el regreso del ensayista uruguayo a la Feria, espacio del que no es un asiduo visitante a pesar de su cercanía con este lado de la orilla. Es que la expectativa por verlo superó holgadamente los 850 lugares que la organización repartió desde muy temprano y los que quedaron fuera de la sala José Hernández ensayaron una pequeña protesta. Para ellos, las pantallas gigantes que dispusieron fuera de la sala no fueron suficiente consuelo.
"Durante 60 años, Mandela estuvo en la lista negra de terroristas, por eso no creo mucho en esas listas", fue una de las numerosas frases de Galeano que despertaron el aplauso del público.
"Deberían poner carteles de se busca a los secuestradores de países, a los violadores de la tierra, a los traficantes de miedo (...). Las catástrofes se llaman naturales como si la naturaleza fuera el verdugo y no la víctima (...). Si la naturaleza fuera un banco, ya la habrían salvado", disparó ácidamente el autor de Las venas abiertas de América latina , que también se refirió al conflicto por la minería en la Argentina. "Aprovecho a mandarles un abrazo a los pobladores de Famatina y a otros que no se dejan engañar", señaló, arrancando más aplausos.
También se refirió a la violación de los derechos humanos en América latina. Denominó al Operativo Cóndor como un "mercado común del terror de las dictaduras latinoamericanas" y refiriéndose a otras atrocidades, dijo: "La embajada de Dios en la Tierra se toma su tiempo para hacer justicia".
A modo de réplica de la presentación del libro en Montevideo, hace apenas unas semanas, Galeano ofreció la lectura de varios párrafos de su última obra. "Y los días se echaron a andar. De cada día brota una historia, voy a contar algunas historias nacidas de esos días", dijo sentado en un cómodo sillón.
Sin lugar para preguntas o firma de ejemplares, Galeano se retiró de La Rural con la certeza de que su romance con los lectores de este lado del Río de la Plata sigue intacto. Al menos, ayer, así se lo hicieron saber..