domingo, 24 de febrero de 2013

George Harrison


"Claro que prefiero ser un ex-beatle que ser un ex-nazi, pero preferiría ser un ex-nada". 
Liverpool, Reino Unido, 25 de febrero de 1943 – Los Ángeles, Estados Unidos, 29 de noviembre de 2001.


Si existe un Día mundial The Beatles este debería ser el 25 de febrero, fecha de nacimiento de George Harrison quien fue él quien consiguió que la banda The Quarrymen diera su primer show en forma y se convirtiera en la banda anfitriona del bar Casbah Coffee Club. Era el más joven de los cuatro y el más reservado ganándose el mote del "Beatle silencioso". Y bastante humilde. Cierta ocasión, por el año de 1964, en una entrevista le preguntan: ¿Cuál dirías que es tu función dentro de los Beatles? A lo que respondió “Toco la guitarra principal y canto algunas canciones… muchas de ellas canciones en que la gente no sabe que el que canta soy yo”. No fue por capacidad artística que no se ostentara como el cerebro de la banda sino su falta de protagonismo, innato en Lennon y McCartney. Lennon nadie discute su inmenso talento para la composición sin embargo quedan por ahí ciertos hechos que no son del todo bien vistos por las mayorías como su frase sobre Jesús, su divorcio, su alcoholismo y hasta las contradicciones para algunos de no vivir lo que pregonaba, leitmotiv de su asesino. A pesar de todo, el más emblemático de todos. Harrison siempre fue reservado, al extremo que después de la separación del cuarteto él seguía tocando en otras bandas sin su nombre como dentro del grupo Traveling Wilburys, oculto tras los seudónimos de Nelson Wilbury y Spike Wilbury. Asimismo, desarrolló una carrera de productor cinematográfico, creando la compañía Handmade Films en la que dio cabida como actores a gente de la talla de Madonna y los Monty Python. Otro de sus motes fue "el Beatle desconocido", Harrison cantó en varios de los temas principales que dejaron grabados en su no muy larga carrera como cuarteto. En “Please, Please Me”, por ejemplo, el primer álbum de los Beatles, Harrison interpreta dos temas: Chains y Do You Want To Know a Secret, que alcanzó el puesto dos en el Billboard estadounidense, el más importante ránking de música. En el segundo álbum, el “With The Beatles”, Harrison canta otras dos canciones muy populares: Don’t Bother Me y Roll Over Beethoven, el cover del tema de Chuck Berry. Pero la lista es larga. La voz de Harrison también está en otras memorables canciones como “I’m Happy Just to Dance with You”, “Taxman”, “While My Guitar Gentley Weeps”, etc.
Más del 90% de las canciones que Harrison cantó dentro del grupo eran de su autoría. George empezó a explorar sus capacidades como compositor a inicios de los sesenta, siendo su primer tema “Don’t Bother Me”, escrito un día que cayó enfermo tras una presentación en Bournemouth, Inglaterra. Al darse cuenta de que era capaz de hacer temas propios, Harrison empezó a escribir con asiduidad; aunque casi todas las canciones que presentaba eran descartadas y no se incluían en las grabaciones. Fue recién en la época del “Help” (1965) que se le empezó a dar más espacio. En ese álbum, por ejemplo, puso los temas “I Need You” y “You Like Me Too Much”. Sin embargo, sería recién en 1969 que una de sus canciones aparecería en un Lado A. Autor de la mejor balada de The Beatles: Something, escrita cuando Harrison tenía 26 años de edad, se convirtió rápidamente en una de las más exitosas del grupo. La balada, considerada para muchos como la mejor del cuarteto Liverpool (Elvis Presley, quien la versionó en los años setenta, confesó que era su canción favorita del grupo), alcanzó rápidamente los primeros lugares de ventas. Ya cuando la banda se había separado, George Martin, el productor de casi toda la discografía de los Beatles, dijo que lamentaba no haberle dado mayor relevancia a las composiciones de Harrison. Aunque finalmente este le dio la vuelta al juego y publicó todos los temas que había acumulado en el All Things Must Pass, el primer disco en solitario de un Beatle y el primer álbum triple en la historia de la música. ¿Qué más? La verdad que no me gusta hablar de tantas cosas maravillosas que el Señor tenía porque su vida fue ejemplar. Dos cosas para finalizar. Aunque curiosamente entró siendo el menos virtuoso de los músicos de la banda, con el tiempo Harrison aprendió a rescatar lo mejor de los músicos que lo influenciaron, George conocía a la perfección los solos de Elvis Presley, Carl Perkins y Chet Atkins y, además de crear grandes líneas melódicas en temas como “You Can’t Do That” y “I Saw Her Standin There”, es el autor de monumentales solos como el de "While My Guitar Gentley Weeps", “Something” y “Let it Be”. Finalmente si se le reconoce a The Beatles pionero de fusionar diferentes estilos musicales, asi es, el culpable es él. Cuando la banda rodaba la película Help. En una de las escenas el grupo llegaba a un restaurante indio donde había una banda con instrumentos tradicionales. Al terminar de grabar, Harrison empezó a explorar con ellos y más tarde ya estaba yendo a comprarse un sitar. En el álbum “Rubber Soul” lo incluiría por primera vez en la canción Norwegian Wood. Además de la guitarra y el sitar, Harrison tocaba otra veintena de instrumentos: el bajo, el arpa, el violín, el órgano, el piano, la harmónica, el vibráfono, el ukulele y la mandolina.
 Asi que el 25 de febrero será el Día Mundial The Beatles (¿o necesito vistos buenos?), porque además anuncia con un mes de anticipación la llegada de la primavera: Ya viene el sol, Ya viene el sol, Y yo digo: está bien. 
Elan Aguilar (El quinto beatle ¡Cómo no!).
 
 

sábado, 23 de febrero de 2013

Poesía Escatológica 5




La lujuria conduce a un derroche de vida

En eriales de culpa; y aún antes del hecho

Es perjura, asesina, sanguinaria e infame,

Violenta, brutal, cruel e indigna de crédito.

Es apenas gozada cuando ya se desprecia,

Perseguida con furia, y en el acto con furia

Tan odiada también, como un cebo mordido

Que tenía por fin volver loco al que muerde.

Loco cuando la ansía y más loco al tenerla,

Y violento después, en el goce y la búsqueda;

Y un deleite al probarla, y en seguida congoja,

Antes gozo esperado, y después sólo un sueño.

¿Quién ignora estas cosas? Pero nadie consigue

Evitar ese cielo que conduce a ese infierno.
                                    
  William Shakespeare

domingo, 17 de febrero de 2013

La dictadura de los mercados: neoliberalismo.

 

Entrevista a Dany-Robert Dufour y su último libro "El individuo que viene después del liberalismo"

 

“El liberalismo se plasma como un nuevo totalitarismo”


 Por Eduardo Febbro. Página12. Argentina
Desde París
Algunos ya lo ven terminado, otros a punto de caer en el abismo, o en pleno ocaso, o en vías de extinción. Otros analistas estiman al contrario, que si bien el liberalismo atraviesa por una seria crisis, su modelo está lejos, muy lejos de abdicar. A pesar de las crisis y sus hondas consecuencias, el liberalismo sigue en pie, produciendo su lote insensato de beneficios y desigualdades, sus políticas de ajuste, su irrenunciable impunidad. Sin embargo, aunque siga aún vivo, la crisis ha desnudado como nunca sus mecanismos perversos y, sobre todo, puso en el centro de la escena no ya el sistema económico en el que se articula sino el tipo de individuo que el neoliberalismo terminó por crear: hedonista, egoísta, consumista, frívolo, obsesionado por los objetos y por la imagen fashion que emana de él. La trilogía de la modernidad liberal es muy simple: producir, consumir, enriquecerse. En su último libro, El individuo que viene después del neoliberalismo, el filósofo francés Dany-Robert Dufour plantea una pregunta que pocos se hacen: ¿Cómo será el individuo que surgirá tras los cataclismos y las intervenciones globales del liberalismo?
–El liberalismo, que se presentó como el salvador de la humanidad, terminó llevando al ser humano a un camino sin salida. Usted plantea su fin y se pregunta qué tipo de ser humano surgirá después del ultraliberalismo. –En el siglo pasado conocimos dos grandes caminos sin salida históricos: el nazismo y el stalinismo. De alguna manera y entre comillas, después de la Segunda Guerra Mundial fuimos liberados de esos dos caminos sin salida por el liberalismo. Pero esa liberación terminó siendo una nueva alienación. En sus formas actuales, es decir, ultra y neoliberal, el liberalismo se plasma como un nuevo totalitarismo porque pretende gestionar el conjunto de las relaciones sociales. Nada debe escapar a la dictadura de los mercados y ello convierte al liberalismo en un nuevo totalitarismo que sigue a los dos anteriores. Es entonces un nuevo camino sin salida histórico. El liberalismo hizo explotar al ser humano. El historiador húngaro Karl Polanyi, en un libro publicado después de la Segunda Guerra Mundial, demostró cómo, antes, la economía estaba incluida en una serie de relaciones: las sociales, las políticas, las culturales, etc. Pero con la irrupción del liberalismo la economía salió de ese círculo de relaciones para convertirse en el ente que buscó dominar a todos los demás. De esta forma, todas las economías humanas caen bajo la ley liberal, es decir, la ley del provecho donde todo debe ser rentable, incluidas las actividades que antes no estaban bajo el mandato de lo rentable. Por ejemplo, en este momento usted y yo estamos hablando pero no apuntamos hacia la rentabilidad, sino a producir sentido. En este momento estamos en una economía discursiva. Pero hoy, hasta la economía discursiva está sujeta al “quién gana más”. Cada una de las economías humanas están bajo la misma lógica: la economía psíquica, la economía simbólica, la economía política, de allí el hundimiento de la política. Lo político sólo existe hoy para seguir lo económico. La crisis que atraviesa Europa muestra que cuanto más se profundiza la crisis, más la política deja la gestión en manos de la economía. La política abdicó ante la economía y ésta tomó el poder. Los circuitos económicos y financieros se apoderaron de la política. La crisis es, por consiguiente, general.
–El título de su libro, El individuo que viene después del liberalismo, implica la doble idea de una fase triunfal y de un fin del liberalismo. –Paradójicamente, en el momento de su triunfo absoluto el liberalismo da signos de cansancio. Nos damos cuenta de que nada funciona y le gente va tomando conciencia de esta fallo y tiene una reacción de incredulidad. Los mercados se propusieron como una suerte de remedio a todos los males. ¿Tiene usted un problema? Pues entonces acuda al Mercado y éste le aportará la riqueza absoluta y la solución de los problemas. Pero ahora nos damos cuenta de que el Mercado acarrea devastaciones. Así vemos cómo ese remedio que debía aportarnos la riqueza infinita no trae sino miseria, pobreza, devastación. Desde luego, el capitalismo produce riqueza global pero pésimamente repartida. Sabemos que desde hace 20, 30 años las desigualdades han aumentado a través del planeta. La riqueza global del capitalismo despoja de sus derechos a millones de individuos: los derechos sociales, el derecho a la educación, a la salud, en suma, todos esos derechos conquistados con las luchas sociales están siendo tragados por el liberalismo. El liberalismo fue como una religión llena de promesas. Nos prometió la riqueza infinita gracia a su operador, el Divino Mercado. Pero no cumplió.
–En su crítica filosófica al liberalismo usted pone de relieve uno de los estragos principales que causó el pensamiento liberal: los individuos están sumidos a los objetos, no a los semejantes, al otro. La relación en si, la sensualidad, fue reemplazada por el objeto. –Las relaciones entre los individuos pasan al segundo plano. El primero lo ocupa la relación con el objeto. Esa es la lógica del mercado: el mercado puede a cada momento agitar ante nosotros el objeto capaz de satisfacer todos nuestros apetitos. Puede ser un objeto manufacturado, un servicio y hasta un fantasma a medida construido por las industrias culturales. Estamos en un sistema de relaciones que privilegia el objeto antes que el sujeto. Esto crea una nueva alienación, una suerte de modalidad adictiva con los objetos. Este nuevo totalitarismo que es el liberalismo pone en manos de los individuos los elementos para que se opriman a sí mismos a través de los objetos. El liberalismo nos deja la libertad de alienarnos nosotros mismos.
–Usted sitúa el principio de la crisis en los años ’80 a través de la restauración de lo que usted llama el relato de Adam Smith. Usted cita una de sus frases más espantosas: para esclavizar a un hombre hay que dirigirse a su egoísmo y no a su humanidad. –Adam Smith remonta al siglo XVIII y su moral egoísta se expandió un siglo y medio después con la globalización del mercado en el mundo. De hecho, Smith tardó tanto porque hubo otro mensaje paralelo, otro Siglo de las Luces, que fue el del trascendentalismo alemán. Al contrario de las Luces de Smith, las alemanas proponían la regulación moral, la regulación trascendental. Esta regulación podía manifestarse en la vida práctica a través de la construcción de formas como las del Estado a fin de regular los intereses privados. A partir del Siglo de las Luces hay dos fuerzas que se manifiestan: Adam Smith y Kant. Estos dos campos filosóficos coexistieron de manera conflictiva a lo largo de la modernidad, es decir, a través de dos siglos. Pero en un momento el trascendentalismo alemán se hundió y le dejó el lugar al liberalismo inglés, el cual adquirió una forma ultraliberal. Se puede fechar ese fenómeno a partir del principio de los años ‘80. Hay incluso una marca histórica que remonta al momento en que Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en Gran Bretaña llegan al poder e instalan la libertad económica sin regulación. Esa ausencia de regulación destruyó inmediatamente las convenciones sociales, es decir, los pactos entre individuos.
–De allí proviene la trilogía “producir, consumir, enriquecerse”. Usted llama a esa trilogía la pleonexía. –El término de pleonexía lo encontré en la República de Platón y quiere decir “siempre tener más”. La República griega, la Polis, se construyó sobre la prohibición de la pleonexía. Puede decirse entonces que, hasta el siglo XVIII, toda una parte de Occidente funcionó en base a esa prohibición y se liberó de ella en los años ’80. A partir de allí se liberó la avidez mundial, la avidez de los mercados, la avidez de los banqueros. Recuerde el discurso que pronunció Alan Greenspan (ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos) ante la Comisión norteamericana después de la crisis de 2008. Greenspan dijo: “Pensaba que la avidez de los banqueros era la mejor regulación posible. Me doy cuenta de que eso no funciona más y no sé por qué”. Greenspan confesó de esa manera que lo que guía las cosas es la liberación de la pleonexía. Y ya vemos ahora adónde conduce.
–Llegamos ahora al después, al hipotético ser humano del después del liberalismo. Usted lo ve bajo los rasgos de un individuo simpático. ¿Qué sentido tiene el término simpático en este contexto? –Nadie es bueno al nacer como lo pensaba Rousseau, ni tampoco malo como lo pensaba Hobs. Lo que podemos hacer es ayudar a la gente a ser simpática, es decir, a no pensar sólo en sí misma y a pensar que para vivir con el prójimo hay que contar con él. El otro está en mí, las imágenes de los otros están en mí y me constituyen como sujeto. La idea misma de un individuo egoísta es un sinsentido porque esto obliga a que nos olvidemos de que el individuo está constituido por partes del otro. Y cuando hablo de un individuo simpático no empleo el término en su acepción más común, digamos alguien simplemente simpático. No. Se trata del sentido que tenía la palabra en el siglo XVIII, donde la simpatía era la presencia del otro en mí. Necesito entonces la presencia del otro en mí y el otro necesita mi presencia en él para que podamos constituir un espacio donde cada uno sea un individuo abierto al otro. Yo cuido del otro como el otro cuida de mí. Eso es un individuo simpático.
–Vamos con la simpatía, pero sobre qué bases se construye el individuo que viene después del liberalismo. ¿La razón, la religión, el deporte, el ocio, la solidaridad, otra idea del marcado? –En este libro hice un inventario sobre los relatos antiguos: el relato del logos, de la evasión del alma de los griegos, el relato sobre la consideración del otro en los monoteísmos. Me di cuenta de que en ambos relatos había cosas interesantes y también aterradoras. Por ejemplo, la opresión de las mujeres en el patriarcado monoteísta equivale a la opresión de la mitad de la humanidad. ¿Acaso queremos repetir esa experiencia? No, por supuesto. Otro ejemplo: en el logos, para que haya una clase de hombres libres en la sociedad es preciso que haya una clase oprimida y esclavizada. ¿Queremos repetir eso? No. Refundar nuestra civilización luego de los tres caminos sin salida que fueron el nazismo, el stalinismo y el liberalismo requiere una refundación sobre bases sólidas. Por eso llevé a cabo el inventario, para ver qué podíamos recuperar y qué no, cuánto del pasado podía servirnos y cuánto no. La segunda consideración atañe a aquello que podría ayudar al individuo a ser simpático antes que egoísta. Para ello es preciso reconstruir un medio donde se pueda ser simpático y no egoísta. En este contexto, la idea de la reconstrucción de lo político, de una nueva forma del Estado que no esté dedicado a conservar los intereses económicos, sino a preservar los intereses colectivos, es central.
–¿Cuál es entonces el gran Relato que podría salvarnos? –Hemos dejado en el camino los grandes relatos de antes y creemos cada vez menos en el gran relato del mercado. Estamos a la espera de algo que una al individuo, es decir, un gran relato. Yo propongo el relato de un individuo que ha dejado de ser egoísta, que no sea tampoco el individuo colectivo del stalinismo, ni tampoco el individuo ahogado en la raza que se cree superior como en el nazismo y el fascismo. Se trata de un relato alternativo a todo esto, de un relato que persiste en el fondo de la civilización. Creo que el valor de civilización occidental radica en que puso el acento en la individuación, es decir, la idea de la creación de un individuo capaz de pensar y actuar por sí mismo. No hay que olvidar la noción de individuo, sino reconstruirla. Contrariamente a lo que se dice, no creo que nuestras sociedades sean individualistas, no, nuestras sociedades son lamentablemente egoístas. Esto me hace pensar que al individuo como tal le queda mucho margen de existencia, que hay muchas cosas de él que no conocemos. Tenemos que hacer existir al individuo fuera de los valores del mercado. El individuo del stalinismo fue disuelto en la masa del colectivismo, el individuo del nazismo y del fascismo fue disuelto en la raza, el individuo del liberalismo fue disuelto en el egoísmo. El individuo liberal es un esclavo de sus pasiones y sus pulsiones. Debemos elevarnos de este camino sin salida liberal para recrear un individuo abierto al otro, capaz de realizarse totalmente. Hay textos filosóficos de Karl Marx que no soy muy conocidos y en los cuales Marx quería la realización total del individuo fuera de los circuitos mercantiles: en el amor, en la relación con los otros, en la amistad, en el arte. Poder crear lo máximo a partir de las disposiciones de cada uno. Tal vez habría que recuperar ese relato del Marx filósofo y olvidar el del Marx marxista.

lunes, 11 de febrero de 2013

Habemus Papam

                                          Foto.- *Capilla Sixtina. El Vaticano, Roma.

 El Papa Benedicto XVI anunció que renunciará al Pontificado el próximo 28 de febrero. Ese día se pondrá en marcha, por tanto, el mecanismo para la elección de un nuevo Papa. Un proceso que tuvo lugar por última vez tras la muerte de Juan Pablo II, en abril de 2005.
¿Cómo se elige al nuevo Papa?
Se vota. Los cardenales deben escribir el nombre de su elegido ´disimulando´ su letra para que nadie reconozca los autores de los votos. Para que exista "un ganador", es necesario dos tercios de los votos totales. Si el número de cardenales no logra dividirse en tres partes iguales, para la validez de la elección, se requiere un voto más.
¿Qué pasará hasta que se elija el sucesor de Benedicto?
A partir de que Benedicto XVI presente su renuncia, el próximo 28 de febrero, y hasta que se elija su sucesor, se abre un periodo de tiempo que recibe el nombre de "interregnum", que significa "entre el reino". Durante esos momentos, el Cardenal Camarlengo asume de forma provisional el gobierno de la Iglesia. En este tiempo, sigue gobernando la ley papal que prohíbe cualquier cambio en el gobierno de la Iglesia, a excepción de la elección del nuevo Papa.
¿Quién elige al Papa?
Se debe convocar un cónclave -en el que no participará Benedicto XVI-, que es la reunión de cardenales convocados para elegir al nuevo Papa. Los participantes deben tener menos de 80 años y no pueden ser más de 120 personas. La elección se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, en el Vaticano.
En estos momentos son 118, procedentes de 48 países. Europa ostenta la mayoría entre los cardenales electores, con un total de 62, seguida de América Latina, con 19
¿Cuánto dura la elección del sucesor?
Puede llegar a durar varios días. Durante ese tiempo, se sabe poco sobre la elección dado que los cardenales no pueden tener contacto con el exterior. De esta forma, se pretende eliminar las interferencias y presiones externas. Si los cardenales no se ponen de acuerdo sobre el sucesor tras tres días de deliberaciones, se hace una pausa de un día para que se dediquen a la oración o al diálogo entre los cardenales.
¿Qué son la fumata negra y la fumata blanca?
Una vez hecho el recuento de votos, se hace una fogata. Si no hay acuerdo y todavía no hay nuevo Papa, el humo que desprende la fogata y que sale por una chimenea de la Capilla Sixtina debe ser de color negro. Es la forma de anunciar al mundo que no hay acuerdo. Si lo hay, el humo debe ser de color blanco, significa que ya se eligió al nuevo pontífice.
¿Cómo se lleva a cabo el nombramiento del Papa?
Una vez que hay acuerdo, el decano del "Sacro Colegio" pregunta al recién elegido si quiere aceptar el cargo. Si la respuesta es positiva (como suele suceder) adquiere instantáneamente la jurisdicción sobre la Iglesia Universal Católica. Entonces se le pregunta el nombre con el que quiere desempeñar el cargo. Después se vestirá como pontífice y saldrá al balcón mientras se oye el anuncio final: "¡Habemus Papam!". (latín que significa: Tenemos Papa)
¿Qué va a hacer Benedicto XVI luego de su renuncia?
Joseph Aloisius Ratzinger se trasladará primero a Castengandolfo cuando comience la sede vacante y luego vivirá en un monasterio de clausura dentro del Vaticano.
¿Puede renunciar un Papa?
Sí. Está establecido en El Código de Derecho Canónico , en el capítulo ´Del Romano Pontífice y del Colegio Episcopal´, canon 332, párrafo 2. "Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie cuanto tiene, en virtud de su función, potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia, y que puede siempre ejercer libremente".
¿Hubo otros casos de renuncia papal?
El último caso se produjo el 4 de julio de 1515, cuando renunció Gregorio XII. Sucedió durante el "Cisma de Occidente", cuando había tres Papas y él era el de Roma. Los otros casos de renuncia al pontificado han sido los de, curiosamente (por el nombre), Benedicto IX, elegido en 1032, y Celestino V, que renunció en 1294 al declararse carente de experiencia en el manejo de los asuntos de la Iglesia.

*Capilla Sixtina.-
La Capilla cumplió 500 años. El 31 de octubre de 1512, el Papa Julio II dio un imponente banquete en homenaje al embajador de Parma y después se trasladó con los invitados y 17 cardenales hasta la Sixtina, la más importante de las tres capillas pontificias del Vaticano y en la que el extraordinario pintor Miguel Ángel había trabajado frenéticamente durante cuatro años.
Los visitantes se quedaron con los ojos cuadrados y boquiabiertos cuando se descubrió la bóveda y quedaron a la vista los 1.100 metros cuadrados de frescos que el insigne Miguel Ángel había pintado tumbado sobre un andamio, a casi 20 metros de altura, entre 1508 y 1512.
Era la víspera de la festividad de Todos los Santos cuando la capilla Sixtina fue inaugurada. Así que el Papa Julio II decidió celebrar ese momento histórico oficiando una misa vespertina (18:00 hrs) en ella.