Sólo fueron necesario 12 días de
la toma de rectoría para obtener ciertas observaciones:
1- Que
la intolerancia es parte de la personalidad de varios conductores de
noticieros, de radio o tv, pues sin ser
parte del problema, a saber: rectoría y estudiantes, se atrevían a pregonar al
aire su falta de sano juicio: “¿¡Cómo puede ser posible que no pongan tras las
rejas a esos vándalos!?”.
2- Que
el oportunismo es otra característica de
estos mismos medios, que aprovechaban para escribir columnas tales como: “La
impunidad reina en México” haciendo alusión a los movimientos de alumnos de
rectoría y de los maestros en contra de la reforma educativa de la cámara de
senadores. Y no tienen la claridad para mencionar la impunidad de otras esferas
y de mayor antelación.
3- La
hipocresía de algunos conductores de noticieros, que apelaban al “nacionalismo”
y defender el “patrimonio” como los murales de Siqueiros “¡Hicieron una fogata
cerca del mural de Siqueiros!”. Cuando ellos mismos callan ante la destrucción
de otros murales y patrimonios como lo fue el Casino de Selva de Cuernavaca y
tantos más.
4- La
falta de liderazgo del rector José Narro, que anteponía el uso de la ley al
dialogo y a la autonomía universitaria
5- La
facilidad con que prejuzgamos sin causa de conocimiento y descalificamos: “vándalos”,
“pseudo-estudiantes”, “porros”, etc.
6- La
inteligencia de los estudiantes involucrados que evitaron la provocación, con
bases repelieron los cuestionamientos, que mostraron ser fieles a su causa a
pesar del “manoseo” informativo, ser los prudentes y los que escuchan ante la
opción de retirarse y continuar su petición o lucha a través de la
participación de la comunidad universitaria.
Elan Aguilar.
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